Umbrales

 

Umbrales. Reconciliaciones lumínicas entre el desecho y lo orgánico. 2022.
Proyecto colaborativo con Carla Ibarra.
Instalación y gráfica.

La artificialidad crea formas que tienen una geometría que viene de un sentido práctico, tienen un uso y un propósito funcional para el ser humano, cuando pierden ese motivo, se desgastan y ya no cumplen su finalidad, se vuelven basura, desechos que se acumulan y pierden todo valor estético y funcional. Al contrario las formas naturales cumplen con un ciclo claro y completo, la naturaleza se reutiliza a sí misma todo el tiempo. El error de la sustentabilidad en las formas artificiales es que estas tardan siglos en desintegrarse, a veces no estamos realmente seguros de que sean totalmente absorbidas por la naturaleza, el tiempo que tardan en degradarse supera por mucho su vida útil y no se compensa su tiempo de uso, en el mejor de los casos algunos años, contra los siglos que permanecen siendo basura, despojadas de un valor estético.

Este contraste estético entre formas orgánicas y formas artificiales que han sido desechadas (convertidas en basura) es muy claro cuando se ve de forma directa, pero si se aprecia a través de un velo, en este caso a través de la sombra proyectada, nos da la oportunidad de difuminar las formas y perspectivas que nos ofrecen las sombras y la luz, sanando por medio del arte ese contraste, dándole una armonía plástica momentánea a una problemática de la modernidad tecnológica e industrial con el mundo natural. El conflicto ecológico de la producción industrial desmedida por el alto consumo crea desperdicios que terminan afectando el medio ambiente, creando un desequilibro estético que contrasta con la belleza de las formas naturales.